¿Qué es la dactiloscopia?
La dactiloscopia es una rama perteneciente a la lofoscopia. Se trata de un procedimiento técnico que se utiliza muy frecuentemente en el laboratorio pericial forense y que permite asociar las crestas capilares de la última falange de los dedos de la mano con la persona a la que pertenecen.
¿Qué supone un análisis de las huellas dactilares?
Se trata de una asociación que se puede realizar, ya que las crestas capilares y los surcos interpapilares responden a unos principios básicos. Uno de ellos es que no cambian con el paso del tiempo, es decir, si se toma la impresión de las mismas durante la infancia del individuo y se compara con la que se consigue cuando alcanza la edad adulta, se podrá comprobar que a pesar de las alteraciones propias del crecimiento como puede ser el tamaño, las huellas permanecen completamente idénticas.
Por otra parte, las crestas capilares presentan unas características únicas en cada persona, por lo que es imposible que existan dos personas en el mundo entero que las compartan. Además, son inmutables. Esto significa que no se pueden modificar. En caso de una lesión, si esta es leve, el tejido se va a regenerar sin que se ocasione ningún cambio. Si las lesiones son más graves, como, por ejemplo, una quemadura, la parte que haya sido afectada va a ser sustituida por tejido cicatricial. Por tanto, la dactiloscopia es uno de los métodos más seguros a la hora de identificar a las personas, siendo el sistema de reconocimiento de la huella dactilar el más utilizado y más popular a la hora de identificar a un sujeto.